lunes, 9 de abril de 2012

Leopoldo II de Bélgica y el colonialismo más cruel

El 9 de abril de 1835, hoy hace 177 años, nacía en Bruselas Leopoldo II, rey de Bélgica. En 1885 creará el Estado Libre del Congo, convirtiéndolo en un territorio de su exclusiva propiedad. Durante las dos décadas siguientes se dedicará a expoliarlo despóticamente y matará para ello a entre 8 y 10 millones de personas, la mayoría de ellos esclavizados, lo que supone al menos el 50 % de la población. 

Leopoldo II

En 1908, presionado por varios gobiernos europeos y de EE.UU., apoyados en gran medida en el trabajo de denuncia realizado por Roger Casement que elaboró un informe excepcional sobre los abusos del caucho como también haría posteriormente en la Amazonía, el Estado Libre dejará de ser su propiedad para convertirse en el Congo Belga, colonia de Bélgica.


Roger Casement

Esta historia se refleja de manera brillante en una de las novelas mayores de Mario Vargas Llosa "El sueño del celta".


           
           Sinopsis:
"La aventura que narra esta novela empieza en el Congo en 1903 y termina en una cárcel de Londres, una mañana de 1916. 
Aquí se cuenta la peripecia vital de un hombre de leyenda: el irlandés Roger Casement. Héroe y villano, traidor y libertario, moral e inmoral, su figura múltiple se apaga y renace tras su muerte. 
Casement fue uno de los primeros europeos en denunciar los horrores del colonialismo. De sus viajes al Congo Belga y a la Amazonía sudamericana quedaron dos informes memorables que conmocionaron a la sociedad de su tiempo. Estos dos viajes y lo que allí vio cambiarían a Casement para siempre, haciéndole emprender otra travesía, en este caso intelectual y cívica, tanto o más devastadora. La que lo llevó a enfrentarse a una Inglaterra a la que admiraba y a militar activamente en la causa del nacionalismo irlandés. 
También en la intimidad, Roger Casement fue un personaje múltiple: la publicación de fragmentos de unos diarios, de veracidad dudosa, en los últimos días de su vida, airearon unas escabrosas aventuras sexuales que le valieron el desprecio de muchos compatriotas. 
El sueño del celta describe una aventura existencial, en la que la oscuridad del alma humana aparece en su estado más puro y, por tanto, más enfangado."

Un ejemplo más del héroe que se vuelve villano, admirado y respetado por su defensa de los derechos humanos y su lucha contra la crueldad en el Congo y en la Amazonía en la explotación del caucho. Su nacionalismo irlandés le llevó a aliarse con la Alemania nazi en contra de Inglaterra que le había otorgado sus máximas distinciones, lo que le valió la pena de muerte y toda una injusta campaña de difamación hacia su persona.

Otra gran novela sobre este tema es "Siete casas en Francia" de Bernardo Atxaga.





Sinopsis:

En Yangambi, junto al río Congo, el ejército de Leopoldo II de Bélgica impone el orden bajo la autoridad de Lalande Biran, un poeta con deseos de amasar fortuna y regresar a las tertulias de los cafés de París.

A su alrededor se mueven disparatados y espléndidos personajes que convierten aquella selva en un delirante circo de la ambición y el absurdo humano: el ex legionario Cocó, mujeriego y brutal, con la cabeza siempre dividida en dos; el gigante Donatien, servil y pérfido; los mandriles, una virgen, un león y una deslumbrante nativa. Pero las cosas comienzan a ser diferentes con la llegada de un nuevo oficial: Chrysostome Liège, un tirador infalible que esconde una enigmática personalidad.

Siete casas en Francia es una novela que huye de la crónica sombría o de la denuncia vehemente; busca, en cambio, a través del humor y de la aventura, la metáfora que habla del lado siniestro de nuestro mundo.

El título de la novela tiene que ver con el personaje del capitán de la guarnición, Lalande Biran, acreditado poeta que se ha enriquecido a costa de esquilmar caoba y marfil, y que recibe cartas periódicas de su mujer en donde le pide más dinero para construir casas en Francia. Este militar, un tipo absolutamente miserable y abominable, viola a una joven nativa semanalmente, y virgen para evitar el peligro del contagio de la sífilis. La novela la protagoniza en silencio Chrysostome Liège, un tipo duro de disparo fácil y que lleva colgado del cuello un cordon azul con una imagen de la virgen. Esta novela de Atxaga es mucho más que una mera crónica de la época colonialista. 






























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