sábado, 14 de enero de 2012

Europa, el viernes 13 y las rebajas de enero.

Estamos en plenas rebajas de enero, hoy día 13 de enero, la Agencia de “Descalificación” Standar & Poor's ha rebajado el rating de Francia y Austria, que perderán su triple A, y de España, Italia y Portugal, así como de otros cuatro países.

Solo quedan en el selecto grupo de la “matricula de honor” dentro de la eurozona: Alemania, Holanda, Finlandia y Luxemburgo además fuera de ella están Reino Unido, Dinamarca y Suecia y habrá que ver hasta cuando ya que sí se sigue deteriorando la zona euro a este ritmo, pronto habrá bajas en este exclusivo club. Sin pertenecer a la Unión Europea hay que sumar a Noruega y Suiza y en el resto de continentes solo Canadá, Singapur y Australia.


Complicado lo tiene Sarkozy, la “Grandeur” francesa le pasará factura, mal asunto para enfrentar las próximas elecciones presidenciales, el propio presidente francés afirmó en público que si Francia perdía la triple A era "hombre muerto".

Además la perdida francesa es probable que arrastre la del Fondo Europeo de Rescate aunque la UE se ha apresurado a asegurar que hará todo lo posible para evitar tal desenlace.

En cuanto a España, la rebaja es de dos escalones; el caso es que ya sin Zapatero, el culpable de todos los males según se decía, después de haber aumentado la edad de jubilación, de modificar la Constitución para limitar el déficit, de recortar todo lo recortable y de subir los impuestos, el sacro santo mercado sigue sin confiar en nosotros y todo porque no se atisba posibilidad de crecimiento económico ni de creación de empleo y entre tanto seguiremos dejando todo en manos de la austeridad .



Como los males nunca vienen solos hoy también se ha producido la ruptura de negociaciones entre Grecia y los bancos para la rebaja de su deuda, por tanto el tan temido default griego toma cuerpo. Se avecinan pues tiempos movidos.

Todo ello nos pilla con el tratado “de estabilidad” empantanado y con más problemas de los que las fuentes oficiales nos cuentan. Como es sabido en la Cumbre europea del pasado 9 de diciembre, sí la enésima Cumbre que iba por enésima vez a salvar al euro y a la Unión Europea, se acordó la elaboración de un tratado intergubernamental, al fracasar por el veto británico, la propuesta franco-germana de modificación del Tratado de Lisboa para avanzar en la unión fiscal.

El tratado que se está preparando, denominado “de estabilidad” que engloba a los estados del euro y a aquellos otros que aceptaron adherirse aún cuando conservan su moneda nacional, todos menos Gran Bretaña, tiene por objeto profundizar en la gobernanza económica común, reafirmando las reglas comunitarias sobre el equilibrio presupuestario y el endeudamiento y estableciendo sanciones automáticas o mejor “casi automáticas” para el caso de incumplimiento de aquellas.


El trabajo desarrollado durante estas fechas ha sido intenso, unas 100 personas están entregadas en cuerpo y alma, y debe destacarse el papel de una figura clave, Hubert Legal el jurista francés que asesora al Consejo Europeo y que con su equipo está al frente del aspecto técnico de gran importancia dado el camino elegido que hará necesario insertar el nuevo tratado en el ordenamiento jurídico comunitario.

Hubert Legal
Esta semana se ha hecho público el tercer borrador y parece que se avanza en la elaboración de un cuarto. Lo cierto es que se están poniendo de manifiesto la existencia de graves problemas que ya se intuían en un principio cuando se acordó está vía en la Cumbre del 9 de diciembre.

Con respecto a los británicos se ha utilizado la táctica del palo y de la zanahoria, el primero fue dado por Francia a través de las duras criticas expresadas por el Gobernador del Banco de Francia, a las que se sumo el Primer Ministro François Fillon, con la finalidad de preparar a su opinión pública para la perdida de la triple A, criticando que Reino Unido en peor posición económica no vea peligrar su rating.

A Herman Van Rompuy le toco dar la zanahoria al invitar al Reino Unido a participar en las negociaciones con el estatus de “observador” con voz y sin voto. A día de hoy no está clara la posición de británica, que además como analizaremos seguidamente se muestra muy aliviada con la redacción actual del borrador de Tratado. Por lo que cabe tanto que siga manteniendo su veto o incluso que se incorpore a última hora si sigue el proceso de dilución del contenido del tratado. En todo caso, siempre cabe la adhesión posterior, hecho que explícitamente contempla el borrador.

Subsiste el grave problema que no es otro que avanzar en la materia que nos ocupa, es decir en la unión fiscal y la gobernanza económica, a través de un tratado intergubernamental, ya que aunque existen antecedentes en la UE de este tipo de acuerdo, como es el caso de Schengen, este no afecta a una materia tan íntima y sensible para el funcionamiento comunitario como el que es objeto del acuerdo del pacto fiscal.

Una de las mayores dificultades está en las limitaciones de la capacidad de las instituciones europeas, fundamentalmente del Tribunal de Justicia, puedan actuar fuera del marco de los tratados de la UE, al amparo de un acuerdo intergubernamental y que quedaría fuera del derecho comunitario, aspecto este recalcado por Gran Bretaña y que su as en la manga al amenazar veladamente con la posibilidad de recurrir ante la propia Corte Europea en el caso de que el nuevo tratado fuera en contra de sus intereses. 

Es en este punto, es donde el trabajo del Sr. Hubert Legal está siendo más intenso para conseguir llevar a cabo el encaje legal, pero en todo caso se prevé que un plazo limitado de tiempo el tratado intergubernamental debe integrarse en el ordenamiento jurídico comunitario mediante la adhesión de los estados miembros de la UE, que no lo suscriban en un primer momento.

Hay países que están poniendo encima de la mesa dificultades para suscribir el futuro tratado, de modo que se está trabajando para resolverlas por anticipado, aún renunciando a principios fundamentales. Así por ejemplo ya no se apela necesariamente a la modificación constitucional para la introducción de la regla de oro que limite el déficit, ya se admite su adopción a través de otras normas de menor rango. La reforma de su Carta Magna plantearía problemas a Dinamarca que no puede llevarla a cabo como en España en 15 días.

También preocupa la necesidad de tener que someter el tratado a referéndum antes de ser ratificado en función de lo que dispone cada legislación estatal, es el caso de Irlanda y de otros países, ya que las consultas retrasarían mucho su entrada en vigor, además del temor europeo a que los pueblos se pronuncien, no vaya a ser que lo echen todo abajo, experiencias en ese sentido hay; por tanto, se adaptará el texto del tratado para evitar las consultas populares en la medida de lo posible y aunque ello suponga una renuncia a principios inicialmente considerados como importantes.

En ese sentido, el último borrador supone una rebaja importante del riguroso planteamiento inicial que abanderaba Alemania y seguía Francia de manera resignada, ya que permite un mayor margen de maniobra del inicialmente previsto para los países en cuanto a la obligación de ajustarse a la prohibición de superar el déficit máximo autorizado por la vía de las excepciones contempladas en el texto del acuerdo. De ese modo los ortodoxos temen que el nuevo tratado se quede en papel mojado como el propio Pacto de Estabilidad y Crecimiento que como quedo acreditado fracasó en el control de los déficits estatales incluyendo los alemanes y franceses, estas criticas han sido expresamente formuladas por el Banco Central Europeo.


En ese proceso de dilución se incluye la eliminación de las referencias a la profundización en el desarrollo del mercado único, lo que ha aliviado enormemente a Gran Bretaña que entiende que el nuevo tratado sólo será una especie de reglamentación para los países del euro y no supondrá un mayor desarrollo de los principios comunitarios más allá de lo necesario para la defensa de la moneda única.

Un aspecto que merece ser destacado es la reducción de competencias y del papel atribuido a las instituciones europeas en lo que a la puesta en práctica de las previsiones del tratado se refiere, tanto de la Comisión, como del Parlamento Europeo y del Tribunal de Justicia, fruto probablemente, entre otras causas, de las dificultades jurídicas antes referidas. En todo caso, esta modificación es muy del agrado de Francia que siempre receló de una Comisión y un Tribunal con grandes poderes.

Las criticas del Parlamento Europeo han sido feroces por parte de todos los grupos, valga de ejemplo las del eurodiputado francés Green, que dijo en un comunicado que el último proyecto "no es compatible con los tratados vigentes de la UE y no respeta el método comunitario de toma de decisiones"; y el el jefe de los diputados del SPD Bernhard Rapkay habló de una "declaración de guerra contra el parlamento y las instituciones europeas".


Se prevé la entrada en vigor el 1 de enero de 2013 y para ello es necesaria la ratificación de 12 estados, en el borrador anterior eran 15 y en el primero 9.

Le resta por tanto mucho trabajo y muchas decisiones por tomar al Consejo que se reunirá el próximo día 30 en una nueva Cumbre, o quizá el 29 para evitar la huelga general convocada en Bruselas, para analizar el texto ya casi definitivo del tratado que será previamente examinado el día 24 por el Ecofin.

A día de hoy el tratado intergubernamental que debe salvar al euro a y a la Unión Europea, se ha ido diluyendo, como afirma el BCE, suscita graves problemas en varios estados de la UE, no ha resuelto la cuestión de su encaje con el derecho comunitario y el papel de las instituciones en relación con el mismo y ha suscitado graves críticas por parte del Parlamento Europeo.

Merkozy tiene mucho tajo por delante, pero todo apunta a que lejos de solventar la cuestión del control del déficit y del endeudamiento jurídicamente, será la voluntad política la que siga determinando como en el pasado las consecuencias de la violación de las reglas comunitarias.

La próxima Cumbre será la primera después de que Francia haya perdido su triple A, habrá que ver como reacciona Sarkozy por no haber sido capaz de convencer a Merkel de que activara el gran bazooka del BCE, mientras tanto observa con envidia como Gran Bretaña con un mayor déficit e inflación tiene su triple A intacta por la intervención continua e intensa del Banco de Inglaterra.

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