martes, 15 de mayo de 2012

La biblioteca pública de Nueva York se reforma ¡a cruzar los dedos!

Pocos edificios en los Estados Unidos son tan queridos por los ciudadanos como la biblioteca pública de Nueva York, situada en la Quinta Avenida y la calle 42. El palacio de mármol con sus leones de piedra es visto por muchos como el alma de la ciudad. 


Durante un siglo ha permitido ilimitadas posibilidades de adquisición de conocimiento y todavía abre el acceso al mundo de la cultura a cualquier persona que lo desee. Métanse con este edificio y ofenderá gravemente las sensibilidades de los neoyorquinos. 


Y he aquí el problema, la biblioteca de Nueva York encara un importante proceso de reforma sobre un proyecto de Norman Foster (Premio Príncipe de Asturias de las Artes 2010) que va a remodelar ese espacio sagrado, con la consiguiente polémica que siempre supone la actuación sobre un ámbito de esta naturaleza. 


Que haya suerte y que los neoyorquinos puedan seguir disfrutando de su inmensa colección de más 50 millones de libros y de otros documentos, entre los que se encuentran una Biblia de Gutenberg, manuscritos de los poetas Walt Whitman y Jorge Luis Borges, y un ejemplar del "Mein Kampf" de Adolf Hitler; sin que la nueva obra estropee el original, algo que no va a ser fácil, ¡a cruzar los dedos!.













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