"Ahora, cíñete la espada, hijo mío,
¡vas voluntariamente al campo de batalla!
Si Dios quiere, regresarás victorioso a casa.
Si no, morirás como un héroe
por nuestra amada patria
y, como recompensa, te digo:
Fuiste, eres y siempre serás
un buen hijo alemán."
(Texto de la postal que utilizaban los soldados del regimiento RIR 16 "List")
La primera guerra de Hitler (Taurus, 2012)
"Hitler mantenía que sus años como soldado en la I Guerra Mundial fueron los más influyentes de su vida. Sin embargo, y pese a las más de seis décadas transcurridas desde su muerte, su etapa en el Frente Occidental seguía hasta ahora rodeada de misterio y presunciones infundadas.
La primera guerra de Hitler desvela por primera vez la verdadera experiencia del futuro líder nazi durante el conflicto. Haciendo uso de documentación inédita y de testimonios de sus compañeros de regimiento, Thomas Weber presenta una esclarecedora visión de la vida privada y pública de Hitler, muy alejada del mito que él mismo creó tras su llegada al poder.
El libro revela a un Hitler encargado de tareas de retaguardia, rechazado por los soldados del frente y en el que sus superiores detectaron ausencia de «cualidades de líder»; un personaje que permaneció inseguro de sus ideas hasta el final de la guerra y que ocultó, exageró y deformó sus vivencias a lo largo de su estudiada carrera.
Hitler, (sentado, el primero de la derecha) con otros correos del regimiento RIR 16 "List" , en Francia en 1915. |
El libro revela a un Hitler encargado de tareas de retaguardia, rechazado por los soldados del frente y en el que sus superiores detectaron ausencia de «cualidades de líder»; un personaje que permaneció inseguro de sus ideas hasta el final de la guerra y que ocultó, exageró y deformó sus vivencias a lo largo de su estudiada carrera.
¿Fue Hitler meramente un producto de su tiempo o una anormalidad que se escapa a toda previsión? La polémica y original obra de Weber arroja además luz sobre este interrogante que sigue desafiando a los historiadores y cuestiona la creencia unánimemente aceptada de que la I Guerra Mundial fue la experiencia crucial de su formación política e ideológica y el origen del camino que condujo de forma natural al nazismo".
(Editorial Taurus)
En resumen, ¡Ni cabo, ni soldado de primera línea!, como recalca El País en su artículo ¿Qué hiciste realmente en la guerra, Adolf?, del que seguidamente se transcriben algunos párrafos:
"No, no es que yo lo haya degradado. Su único ascenso fue a "Gefreiter", soldado de primera. Nunca tuvo mando de tropa, ni de un solo soldado. No se de dónde viene lo de atribuirle el rango de cabo. En Alemania se conoce perfectamente el término, probablemente es un problema de traducción a otras lenguas que ha persistido a lo largo del tiempo".
"Tampoco fue su experiencia la de un soldado de primera línea, como el propio Hitler sostuvo luego, sino que se mantuvo casi toda la guerra en un servicio menos arriesgado".
Se ha dicho que el momento fundacional de Hitler fue una visión histérica tras ser víctima de un ataque con gas mostaza en el río Lys en octubre de 1918. "Su ceguera no era física sino psicosomática y se le trató de histeria de guerra en psiquiatría y no en oftalmología, pero no está claro que ese trauma cambiara a Hitler, modificara su personalidad. Su antisemitismo, por ejemplo, no va entonces más allá de los clichés religiosos, no es para nada todavía el antisemitismo racial y radical nazi".
Weber no discute que Hitler ganó la Cruz de Hierro de Primera Clase. "Es cierto, y era algo muy raro para un soldado. No obstante, se la concedieron en un momento en que se abrió la mano para hacerla más accesible a la tropa y subir la moral. Se benefició de esa nueva política. Y en su caso fue decisiva su sumisa intimidad con los oficiales, sus conexiones; como enlace estaba cerca de la gente que era la que proponía a los candidatos para las condecoraciones. Es verdad que solo cuatro o cinco soldados del regimiento lograron la Cruz de Hierro de Primera Clase, pero significativamente solo uno era soldado de primera línea".
En definitiva, «Weber altera sustancialmente nuestra visión de uno de los personajes más estudiados del siglo XX.» ( Norman Stone, Wall Street Journal).
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